Yoga in the Park

“Brazos en alto. Índices apuntando hacia el sol. Encuentra tu equilibrio.” Eeem, vale. Vamos a intentar olvidarnos de los estreses de la semana. Y vamos a hacerle caso a Raquel, la profe de Yoga in the Park.

Pincha aquí para reservar tu clase y el día D te plantas en el Retiro con tu esterilla y tu outfit de cebolla yogui (porque igual al principio tienes frisquis). Rápidamente, te pones a encadenar posturas al son de las indicaciones de Raquel y llega un momento en el que ¡TCHAS!, te olvidas del esfuerzo y tomas consciencia del entorno: saludo al sol sintiendo la brisa en la cara, adho mukha snavasana (llevas 10 minutos y ya entiendes sánscrito; Raquel lo hace fácil) percibiendo el olor a hierba recién cortada, trikonasana viendo las copas de los árboles moverse a contraluz… 

Al día siguiente, te acordarás de la profe (vaya agujetas, macho), pero por ahora terminas la clase, saludas, coges tu esterilla y te vas dando saltitos cual ardilla para volver a la civilización. ¡Qué paz!