Es la hora del té

La hora del té en España: manzanilla para asentar el estómago después de comer, servida en tetera metálica diseñada por el diablo (¿no vertéis la mitad del agua hirviendo al lado?). 

La hora del té en Inglaterra: una delicia acompañada de manjares variados, de la que sales rodando. Por lo visto, lo puso de moda una tal Duquesa de Bedford en el s. XIX. A la pobre, le dio un día un parrús por inanición, y pidió que le llevaran algo para echarse al buche entre comida y cena. Le gustó tanto el resultado, que empezó a añadirle platos y a invitar a amigas. Y así nació el Afternoon Tea.

Bien. Pues en Haroma, lo sirven que ni King Charles. Cada tarde, este elegante restaurante se transforma en un salón de té para que vayas a ponerte fina a delicias británicas (haylas): mini muffins y sandwichitos sabrosos, scones calentitos con su clotted cream -una mantequilla con crema que te comerías a palo seco-, mermeladas variadas, pastelitos… y una carta de tés más larga que tu esperanza de vida. Todo exquisito y servido con refinamiento, aunque tengas que desabrocharte el botón del pantalón para poder terminar con todo. Gocho is the new chic.

Psss: que conste, que no nos han pagado ni un eurete por hablarte de este plan. Hemos pagado de nuestro bolsillo (bueno, las jefas) y te lo chivamos porque nos ha encantado.