Tu propia vaca

No es un cuchillo nuevo. Ni otro masaje para la carne de wagyu. Es la última tendencia entre carnívoros capitalinos que solo meten carne de la buena en su nevera. Amigos veganos, no sigáis leyendo…

En Chamberí, abrió hace poco una carnicería tradicional pero chic (paredes de azulejos, carniceros uniformados como en los años 50, mostrador enooorme con carnes de primera) en la que puedes comprar tus filetes como siempre lo has hecho o –y aquí viene lo molón- dejar tu propia vaca en reserva con su servicio de “custodia de lomos”. En CARNIco tú compras una pieza completa y puedes ir llevándotela trocito a trocito según lo que necesites. Los carniceros le plantan tu nombre y teléfono a tu pedazo y te lo guardan en una cámara frigorífica con contraseña para que te dure hasta 6 semanas –que es la maduración máxima recomendada. Si ven que no vas, te llaman para recordarte que tu carne te espera. Todo sin tener que echarte al monte a buscar tu propia vaca… y sin que el bolsillo se deprima; los precios son normales.

¿Amigos que se quejan de que la carne se les pone mala? Chívales la dirección de CARNIco.