El masaje que rejuvenece

El 2014 nos trajo las impresoras 3D. El 2015, el patinete volador (que se incendia... en fin). En 2016, por fin llegó algo que nos hizo creer realmente en el progreso: el efecto buena cara inmediato.

Teresa, experta en reflexología podal, facial y lifting japonés, recibe en su estudio de Madrid, escondido en un edificio de oficinas, para devolverles la frescura a las caras cansadas. Ahí ha instalado una burbuja de tranquilidad toda blanca y mullidita donde opera su magia: 55 minutos masajeando y presionando 25 puntos del rostro y del escote con aceites orgánicos esenciales. Siguiendo protocolos aprendidos de los mejores maestros en Londres consigue que te relajes, elimines toxinas y notes los beneficios enseguida: la piel queda descansada, las arrugas como planchadas, las manchitas menos visibles y tú, medio somnolienta, sales del tratamiento levitando como si hubieras hibernado durante una semana. ¡Viva el futuro!

ACTUALIZACIÓN: Teresa ya no recibe en su estudio de la calle Argensola sino en la tienda Santa María Novella, pero el servicio es igual de fantástico.

Si te gustan los masajes puedes mirar nuestro artículo sobre la escuela española de masaje thai de Madrid. 

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