María Sarmiento: rico y sin prisas

¿Te suena el cuento de María Sarmiento? ¿Esa mujer que se fue a cag*r y se la llevó el viento? Pues es el nombre que le han puesto con osadía los dueños de La Burlona a su nuevo restaurante de la calle Santa Isabel. Y shock escatológico aparte (las chicas no hacemos caquis), no tiene nada que ver con el refranero popular; este sitio ha venido para quedarse.

Nos gusta su decoración rústico-contemporánea. Por la noche, ponen una iluminación suave para que el ambiente se vuelva más íntimo. Y por el día, la luz que entra por los ventanales te da sensación de domingo en el campo, de brisa y paz…

Si quieres mantener esta impresión de ligereza, no te abalances sobre la mantequilla emulsionada con ajo que te sirven para abrir boca como si llevaras 30 días en huelga de hambre; ni te pidas todos los entrantes porque veas que las porciones son a veces pequeñas.

Sí, vale, todo es apetecible, suena diferente -bollo oriental de sobrasada ibérica y yema curada, croquetas de mejillón tigre…- PEEERO si quieres llegar al postre (fresas escabechadas, tocino de cielo…), te aconsejamos que dejes de lado estas porciones delicadas y te tires a por la ensaladilla. Sobre todo, si no eres muy de ensaladilla. En la carta pone que es "la de siempre", pero no. Ésta es ligera y viene acompañada de un pan a la brasa con aceitito que… Meu Deus! 

Porque el concepto es este: cosas cocinadas a la brasa de sarmiento. Y maridaje con vinos diferentes. Déjate recomendar por Maya o Rubén, que lo hacen muy muy bien. 

De segundo, puedes elegir entre arroz o brasa. Nosotras probamos el arroz con costillitas, pluma y ajetes, que estaba bien bueno y muy sabroso, incluso un pelín too much. Pero también nos hizo ojitos la parpatana de atún o el machete de ternera. Volveremos.

PD: en hora punta puede que tarden un pelín en sacarte los platos. Pero ya que estamos con refranes, recuerda: la paciencia es la madre de la ciencia.