El Madrid de Jesús Terrés

En “El Madrid de…”, le cedemos el testigo a un padrino o madrina de excepción para que nos descubra su Madrid único, especial… y confidential. 

Esta vez, hemos persuadido a Jesús Terrés: escritor, creador de la newsletter Nada Importa (donde envía sus cartas íntimas cada sábado), colaborador en Condé Nast Traveler y Vanity Fair… pero, sobre todo, mago de la prosa y maestro en convertir lo cotidiano en algo extraordinario, para que nos guíe por su Madrid con ese toque tan bello que solo él sabe dar.
 

Mi Madrid, por Jesús Terrés

He escrito tanto en torno a Madrid que a ver cómo resumo yo tanto sentir. Voy a intentarlo. En Madrid me he enamorado, me han dejado, me he caído y me he levantado. He naufragado en sus tardes, me he prendido, me ha dolido (muchísimo) pero también (quizá especialmente) me ha recordado, a cada paso, que nada importa más que la alegría. Que tan solo estamos aquí de paso, que todo es ahora, que la vida empieza (siempre) hoy. Cada mañana.

Estos son algunos de los lugares que han cimentado mi amor por la ciudad con el cielo más bonito del mundo. Va por ti, Madrid.
 

Amapolas en Octubre

Creo que lo leí en alguna pared (precisamente) de Chamberí: “Mientras existan librerías existirá esperanza”. Pienso exactamente lo mismo, es que es imposible no ser feliz en ese refugio íntimo, anaqueles con libros y (tantas) vidas por vivir. Madrid está plagado de librerías únicas, atalayas de lo mejor de nosotros mismos. Una de ellas —quizá la más especial para mí— es sin duda Amapolas en Octubre de Laura Riñón. La librera amazona, cancerbera del buen gusto, tardes sin prisa, némesis de la cultura del algoritmo. Siempre intuye qué necesitas leer. No lo que te gustará (eso es fácil) sino ese libro que hará tu vida mejor. Más honda. A esta librería se viene a vivir, y por eso es la mía. Madrid es infinitamente más Madrid con Amapolas en Pelayo, 60.

Restaurantes

Imposible, imposible, una insensatez elegir tan solo un restaurante en una de las ciudades del mundo donde mejor se come (¡y se bebe!). Madrid está incandescente, crisol de sabores, cocinas del mundo, es verdad eso que dicen —no existe una “cocina de Madrid” porque Madrid es todas las cocinas. Así que uno no (es que me niego) pero sí me juego a un puñado de “mis” casas, donde sencillamente soy feliz: La Buena Vida (Conde de Xiquena, 8) de Carlos Torres y Elisa Rodríguez (despensa, cocina de temporada y cariño en torno a la mesa). El productazo, la clase, la sala impecable de Saddle (Amador de los Ríos, 6), quizá el restaurante más en forma del Foro. La locura hedonista de Estimar (Marqués de Cubas, 18) de Rafa Zafra. Sacha (Juan Hurtado Mendoza, 11) & La Tasquita de Enfrente (Ballesta, 6) —imposible entender Madrid sin estos dos titanes. No te lo acabas Madrid.

Hola Coffee

Madrid vive una golden age del café de especialidad (donde, por cierto, también se cuela algún intruso que otro: por eso hay que informarse bien) y sin duda uno de los culpables es Hola Coffee Roasters, además de ser los tostadores del café que desayuno cada mañana (voy cambiando pero ‘El Rubí’ from Colombia a lo mejor es mi favorito) tienen dos cafeterías preciosas —en Dr. Fourquet, 33 y Lagasca, 42. Es fácil verme allí. Ese ritual de cada mañana (para mí) es un pequeño milagro en mitad de la rutina. El olor de la molienda, el goteo a través del filtro, el tiempo lento. Sin duda (sin ningún lugar a dudas en este punto) el desayuno es el momento más feliz del día. Así que hay que cuidarlo.

Del Diego

Qué vamos a decir a estas alturas de una de las grandes coctelerías del planeta —es que lo es. Siempre en mi top absoluta, uno de esos lugares que uno elegería para pasar un ratito antes de palmarla. Venga, que me lanzo (¡que me suelten les digo!) estas son las cinco coctelerías de mi vida: Widder Bar en Zúrich, The Connaught Bar en Londres, Tres Monos en el barrio de Palermo (Buenos Aires), el Lemon en Cales Fonts (Menorca) y Del Diego en calle de la Reina, porque siempre hay que volver a Del Diego (la Reina, 12). La catedral de David y Fernando, herederos de todo lo bueno de su padre, Don Fernando del Diego: la calidez del servicio, la liturgia (sin prisas) del gin fizz, que recuerden tu nombre y el amor por una profesión, la hostelería, que va de hacer feliz al prójimo.

Unfeigned

Unfeigned es el proyecto de una familia (los cinco hermanos Gómez) cuyo ideario es la buena vibra, hacer las cosas con cariño, prendas para sencillamente ser feliz. Para caminar las ciudades, para no sentirte preso: es lo que siento con su ropa. Diseñan en casa (en la trastienda de su precioso local en Las Salesas, 17 de Fernando VI) siempre te reciben con una sonrisa, producen en España y Portugal, utilizan materiales sostenibles como algodón orgánico y tejidos reciclados. Hablo con María, estos días andan liados con la apertura de su primera tienda en París, en el número 22 de la Rue de la Perle, en Le Marais, el barrio donde todo sucede. Me muero de ganas de conocer su espacio, regalarme algo bonito, ir a celebrar la vida en Candelaria, el speakeasy de los piscos perfectos. Seguir andando.


¿Amigos fanses de Jesús? Reenvíales este plan para que descubran su Madrid.

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