Las mejores coctelerías de Madrid

¿Un sitio discreto para darte el lote? The Punch Room, una coctelería de ambiente íntimo oculta dentro del lujoso hotel The Madrid Edition (mucho turista y poca probabilidad de encontrarte con conocidos entrometidos). Luz discreta, rinconcitos con sillones mullidos, chimenea de piedra, paredes de roble… todo llama a la intimidad ;). Además, aquí no pides un cóctel, pides un punch, es decir un ponche, servido en un recipiente con mucho hielo (demasiado hielo... ¿será para bajar la temperatura?) pensado para compartir. Un cacito para ti, un cacito para mí y un besito por aquí. 

Si tienes una primera cita y no sabes dónde quedar, ve al Padrino. Un bar-biblioteca ultra acogedor dentro del Hotel Only You Boutique. Nada más llegar, te darán un test con preguntas divertidas, tipo las que venían en la Superpop. Según tus respuestas: (1) te recomendarán un cóctel delicioso y (2) podrás medir la compatibilidad con tu ligue. ¿Qué otro sitio te permite hacer limpia de esta manera? Ninguno. Ya se encarga el Padrino…

Hijos de Tomás es una coctelería en el sótano del hotel cinco estrellas Thompson. Solo por eso, ya vas con las expectativas bastante altas. Pero es que además de la elegancia, del servicio impecable, de los cócteles ricos, es que es un lugar muy divertido. Porque quien dice piano bar, dice gente cantando. Y si estás harta de hacer cola para entrar al Toni2, ya tienes nuevo sitio para ir a desgañitarte.

Si lo que buscas son buenos cócteles, pero sin toda la parafernalia que suele haber alrededor, tienes que ir a Savas. Un sencillo local en Lavapiés donde no necesitan montarte un circo para convencerte de que lo que te vas a beber es bueno. Los cócteles son simples y están riquísimos. Punto y sa acabao. Pide un Masala Gin Fizz. Tiene un puntito especiado que mmmmm… Para acompañar te ponen un cuenquito con mini pretzels. Brutales. 

Si te va el postureo sin mirar el dinero, tienes que ir a Glass by Sips. Así podrás decir que has estado en el local madrileño de los creadores de la tercera mejor coctelería del mundo (Sips, en Barcelona) y porque los cócteles son superinstagrameables y perfectos para subir a stories. Como por ejemplo, el cóctel “Bubble". Que te lo sirven con unas burbujas superchulas de azúcar. ¡Hasta te viene con un pompero (pero eso no se ingiere)!

Este nuevo local de la calle Serrano acaba de abrir y es perfecto para: A) irte a tomar algo con los compis del trabajo porque tiene algunas mesas para cenar, poca gente y cócteles clásicos a un precio normal (daikiris, caipirinhas, margaritas...). B) Irte con el churri a sentarte en una banqueta para daros amor (el mojito de pepino ayuda). C) Ir con las amigas a meterte en la bañera que está cerca de los baños y sacarte fotón con el neón "Me importa un pepino". Los findes sube la música y el plan es más de copeteo. 
 

¿Te suena Le Cabrera? ¿El local que había en Salesas donde comenzó Diego Cabrera? Pues ahora es Afrodita. Y no nos extraña que hayan decidido conservar algunos detalles del antiguo local como la barra que vio nacer a toda una leyenda coctelera (eso tiene que dar suerte). A la hora de pedir, deja que te recomienden. Di lo que te gusta y te harán diferentes propuestas. E incluso te dan la opción de cambiar, reducir o aumentar algunos ingredientes. ¡Mola!
 

Aquí no se esconden; abren los grandes ventanales y se entra directamente desde la calle. No hay cabinas, ni teléfonos, ni secretos (aunque hay una salita abajo). Al revés. Alberto, el alma mater de este local, y su equipo, quieren divulgar y enseñarte a apreciar los cócteles. Y les funciona. Porque la gente se arremolina en la barra (merece la pena estar un poco de pie dándose codazos), para ver el buen hacer de estos apasionados. Un sitio de buen rollo y de buenos cócteles.

Tenemos un amigo international que es ultramega coctelero; que ha ganado premios al mejor barman por doquier y que cuando viene a Madrid, siempre nos lleva al Del Diego: es la coctelería donde van los cocteleros. Aquí no importa la decoración, sino en lo que tienes en la copa. Detrás de la barra, te atienden barmen experimentados, sin ego, pero con uniforme, que saben lo que hacen. Si te parece que alguna de las coctelerías que hemos nombrado es una institución con Del Diego se te va la olla.

Tú entrarás por Sakro, una acogedora pizzería donde hacen unas pizzas romanas con ingredientis deliziosis. Pero si bajas las escaleras, verás una puerta incrustada en la pared y un teléfono antiguo. Si sabes la contraseña (un consejo: reserva por la web…), conseguirás acceder a La Analógica. Una mini coctelería secreta de vibras rockeras donde sirven buenos cócteles, mientras te deleitas con la música que van cambiando en el tocadiscos.
 

Jack’s Library es una coctelería secreta escondida detrás de un espejo en una tienda de plantas. Te gustará por su rollo inglés y porque es perfecta para ir a charlar de tranquis mientras bebes grandes clásicos del humanismo. Porque los cócteles, además de ricos, tienen nombres literarios: Juan Rulfo, George Orwell o Maquiavelo. Y es que "vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse". 

La Santoría es la coctelería con rollito clandestino más mística del Barrio de las Letras: luz tenue, reflejos rojizos, crucifijos, imágenes de santos, neones rojizos y buena música. Aquí, en lugar de bebidas te sirven pócimas. Todo muy esotérico. Un “quédate conmigo” para potenciar tu pasión, un “agua de florida” para una limpieza completa de aura o un “abre caminos” para un buen chute de energía.

Harrison 1933 es una coctelería donde se respira ambiente de club selecto: moqueta, butacones, grandes vitrinas llenas de botellas, grupitos de 30, 40 y 50 años y una carta de cócteles que dicen inspirada en las Artes: ”El Lago de los Cisnes", "La Gioconda", “La vuelta al mundo en 80 días”... A partir de los jueves tienen grupo en directo y/o DJ y se monta una fieeeeeeeesta!

Cuando llegas, te encuentras con una puerta cerrada a cal y canto. Pero basta un timbrazo -para que alguien se asome por la mirilla- y una contraseña -para acceder al interior. De repente, dejas de estar en 2023 y apareces en los años 20. Se acaba de aprobar la Ley Seca (prohibido el alcohol) y estás en un bar clandestino de los EEUU. Si miras a tu alrededor solo ves a gente sorbiendo sopa, leyendo la Biblia, disimulando algo bajo un sombrero… Ahhhhh, ¿será que han puesto los cócteles a buen recaudo por si entra el sheriff ? ;)
 

En el número 6 de la calle Fernando VI verás dos escaleras. Si subes, está el restaurante Dstage. Pero si bajas, encontrarás la coctelería más rockandrollera de Salesas. Luces rojas de neón, paredes empapeladas con pósters de grupos de rock, guitarras colgando… Los cócteles van en sintonía con el lugar y son muy cañeros. Y por si te entra el gusanillo, aquí lo que se estila es el cóctel + pepinillo. Así que pide un pickle mix para acompañar.

Esta coctelería está inspirada en el famoso Festival de Woodstock del 69 y como tal, todo es muy flower power: la Volkswagen hippilongui incrustada en la pared, colorinchis por todos lados, una carta que simula un vinilo, y unos cócteles presentados de formas molonas. Paz, amor y cócteles para todos.

Si no eres muy amiga de pedir cócteles porque “vete tú a saber si están buenas esas mezcolanzas tan raras”, en esta coctelería de Chueca han tenido una idea superingeniosa (hasta han recibido un premio por ello): hacer una carta cromática para identificar los sabores de los cócteles. Cada cóctel está representado por una explosión de color; y cada color, significa un sabor: naranja es amaderado, el amarillo es cítrico, el gris es ahumado, el morado es afrutado… Así que, aunque el cóctel esté hecho con whisky de la Casa Targaryen, esencia de elfo y lágrimas de cocodrilo, solo tienes que mirar la mancha de color para saber a qué sabe lo que te vas a tomar.

Absent es una coctelería pequeñita pero bonita, bonita. Muebles aterciopelados, plantas, libros y cuadernos antiguos, candelabros con velas, una barra elegante, luz atmosférica, y jazz de fondo. Los cócteles están muy ricos y si estás dispuesta a dejarte sorprender, tienen muchas opciones fuera de carta para los más curiosos.

Aunque cada día aparezca una nueva coctelería por Madrid, Salmon Guru -del famoso coctelero Diego Cabrera- fue uno de los locales que volvió a poner de moda la coctelería en Madrid. Un garito kitsch, plagado de hojas tropicales en sillas y banquetas, sillones de terciopelo, lámparas con estampado animal y neones por doquier. Sabemos que ha sido nombrado durante varios años consecutivos como uno de los mejores bares del mundo, pero los cócteles no siempre están al mismo nivel... Dicho esto, si te toca una noche con suerte, es un pasote.

En este taller-bar de rollo hipster del barrio de Malasaña producen sus propios destilados, con alcohol del bueno made in Spain, comprado a granel. Ginebras, rones, vodkas y whiskies infusionados con todo tipo de ingredientes: canela, cítricos, especias, regaliz… Y los usan, muy acertadamente, como decoración. 
 

Un sitio desenfadado muy agradable para hablar, con una parte de sillones cómoda (llega pronto para pillar sitio) y cócteles muy buenos y originales, así que vas a repetir fijo. Un punto divertido es que los posavasos son como cartas del Tarot. Así que si has ido alguna vez a una tarotista y has escuchado bien, te puedes echar unas risas intentando predecir el futuro a tus acompañantes. En torno a las 23:00, bajan un poco las luces y suben un poco la música, pero se puede seguir hablando perfectamente.