18 tradiciones para una Navidad diferente

En Colombia, cada 7 de diciembre, la noche anterior a la fiesta de la Inmaculada Concepción, se celebra el Día de las Velitas para iniciar las Fiestas Navideñas. Todas las calles, ventanas y balcones se llenan de farolillos y velas encendidas a modo de vigilia (¡es precioso!). Aunque ya se te ha pasado la fecha, puedes importar la tradición al 17 (solo por este año) y llenar la casa y el balcón de lucecitas.

Las fotos familiares suelen ser un rollo y en tiempos de COVID, mejor dejar distancia social. Genial. Porque los mejores retratos de familia se hacen con miembros separados. Menos riesgo de contagio y pareceréis estrellas de rock posando para la portada de un disco. Para apañar la historia, puedes hacerte con un trípode por menos de 20 € aquí.

En Islandia tienen esta tradición de nombre impronunciable, que para que nos entendamos viene a ser como “inundación de libros por Navidad”. Consiste en regalar libros en Nochebuena y pasar el resto de la noche y el día de Navidad, leyendo bien a gusto. Aquí la lista de los libros que nos apetecen para estas Navidades.

Originalmente, esta idea se le ocurrió a Elizabeth Gilbert, la autora de ‘Come, reza y ama’. Consiste en que, a partir del 1 de enero, escribas todos los días en un papelito algo que te ha hecho feliz (una llamada sorpresa, un gesto amable por parte de un desconocido, un artículo interesantísimo, una meta alcanzada…) y lo metas en el “tarro de la felicidad”. El 31 de diciembre, lo abres y lees todos los papelitos para recordar todas las pequeñas cosas que han hecho que el año mereciera la pena. Trasladado al ambiente navideño familiar (¿por qué esperarte al 1 de enero y por qué no hacerlo colectivo?), inaugura el tarro el primer día de vacaciones, haz que todos tus convivientes participen y, el último día, lo abrís juntos y leéis en voz alta todos los papelitos. Se puede hacer también a distancia vía videollamada con los que faltan. Así el Zoom familiar puede ser algo más que silencios e interrupciones raras…

Si pones un belén, juega a esconder al Niño Jesús en un sitio diferente cada día. ¿Alguien me explica por qué está Jesusito en la nevera? Quien lo encuentre será el encargado de esconderlo al día siguiente y encima, le toca un premio (nota: el premio puede consistir en un trocito de Suchard, y entonces el juego también te sirve para racionar el turrón. Tradición win-win en toda regla :-)).

Si 2020 tuviera nombre propio está claro que se llamaría Regan McNeil, como la niña del exorcista. Así que necesitamos un exorcismo de urgencia para parar su cabeza giratoria y empezar el año con buen pie. ¿Cómo? ¿Quemando la batamanta que usabas en cuarentena día sí día también mientras dices palabrejas en latín? Podría ser. Pero si no tienes línea directa con el Vaticano, mejor nos quedamos con escribir todo lo malo que nos ha pasado este año en un papel, ponerlo dentro de un farolillo volador y mandar el 2020 a tomar viento.

Que tú quieres unas velas como las que salen en las fotos de las mesas navideñas de las revistas peluqueriles. Solo necesitas estas velas 100 % parafina (tendrás que meterlas un pelín en agua caliente), mirarte este tutorial y echarle ganas.

En Perú, el amigo invisible no es solo dar un regalo y ya está. Unos días antes, vas enviándole pequeños detalles sorpresa dulces para hacer más emocionante la espera. Como estos bombones. 

Todas las noches, este Elfo viaja desde las casas americanas al Polo Norte para contarle a Papá Noel qué tal se han portado los niños. Y todas las mañanas aparece en un lugar diferente de la casa. Lo divertido es que los niños lo busquen y se lo encuentren en alguna actividad rara (jugando al fútbol con las decoraciones de Navidad), habiendo hecho alguna travesura (dado la vuelta a los cuadros, cambiado los zapatos de sitio…), o con algún mensajito especial (¡lávate las manos!). Tradición muy graciosa para importar.

Quieres una foto bien aparente delante del árbol (que para eso lo pones), pero no quieres meter al fotógrafo en casa y con el trípode solo no os vais a arreglar. Solución: fotógrafa por FaceTime.

Reenvía desde ya esta playlist con las letras a tus allegados y quedad para cantar villancicos (si no sois convivientes, fuera, separados y con mascarilla, o por Zoom para que lo único que se contagie sea la alegría a toda la familia).

Cámbiate a un chocolate con chorrito de alegría acompañado de “chucros”, churros de croissant. Pídelos para llevar y date un paseo viendo las luces de Navidad. ¿Hay algo más navideño que esto?

Técnicamente, el Stir up Sunday se celebra el domingo previo al adviento (este año, cayó el 22 de noviembre). Pero esta tradición inglesa que reúne a toda la familia en la cocina para preparar un pudding de Navidad, mola y tú lo puedes hacer cualquier domingo. Aquí te dejamos la receta del que hacen en el mismísimo Palacio de Buckingham. Lo más importante es que cuando tengas todos los ingredientes en el bol, cada miembro de la familia deba batirlos uno después de otro mientras pide un deseo.

Esta tradición de América Latina consiste en quemar un muñeco de trapo (puedes comprarlo o marcarte un Art Attack haciéndolo tú), que simboliza que el año se va y con él todo lo malo. Mucho cuidado que no tengan que presentarse los bomberos… Mételo dentro de un cacito o un tarro de cristal para evitar disgustos.

Los Christmas Crackers son pequeños regalitos que los ingleses dejan en el plato de cada comensal. Lo divertido, es que hay que abrirlo entre dos personas (pequeña “explosión” mediante, ya que tiene una pequeña tira de petardo para darle emoción al asunto). El que consiga quedarse con el trozo más grande, debe leer el chiste que lleva dentro, se queda con el regalito y se tiene que poner la corona de papel, durante toda la cena, claro. En Madrid, los puedes encontrar en la tienda de Los Caprichos de Goya. O puedes ir de crafty y aprender aquí cómo hacerlos.

¿No les has sacado provecho al 2020? ¡Aún estás a tiempo! Hazte con una cajita de mini retos y cumple la actividad que te propone cada día, sea cual fuere tu meta: ser más feliz, ponerte en forma, ser una disfrutona de la vida o sacar el chef que llevas dentro.

Escríbete una carta y recíbela en 1, 7 o los años que tú quieras. Cuéntale a tu yo del 2030 todo lo que te ronda por la cabeza. Seguro que cuando te llegue te pondrás nostálgica y soltarás alguna lagrimilla o te reirás de cómo eras. Pincha aquí para saber cómo enviar una carta al futuro.

Para superar el palo de las primeras Navidades sin Cortylandia, organiza una maratón de juegos de mesa familiar. Para jugar con los niños nos encanta Silver & Gold, sencillo, divertido y los niños pueden pintarrajear las cartas (y no hace falta que sepan leer). Y para jugar entre adultos, nuestro favorito es Código Secreto, es súper adictivo, hay que darle al coco y las partidas son cortitas.