Un tablao flamenco barato y estupendo

Pequeño diccionario flamenco:
- Quejío: cuando el cantaor suelta un “ayyyyyyyyyy”.
- Jalear: acompañamiento al cantaor o bailaor con palmas u otras expresiones como olés, eaaa, vamos ahí.
- Jondo: cante flamenco más puro.

50 minutos en el Centro Cultural de Flamenco y podrás entender (y sentir) todo eso. Porque cada día hacen unos espectáculos cortos que consiguen ponerte los pelos de punta, aunque creas que el flamenco no va mucho contigo.

Tú llegas allí y te meten en una pequeña sala sin casi decoración con 4 filas de butacas escalonadas, para que, elijas el sitio que elijas, tengas una visión perfecta sobre el tablao*: un escenario sobrio, pero con un gran círculo blanco sobre la pared, que da la impresión de que bailan ante la luna (magia pura). Cada semana, cambia el cuadro de artistas, así que a veces te toca guitarra, cantaor y dos bailaoras, a veces un bailaor, etc. Más razones para volver. 

Si te interesa, también hacen pases privados y clases previas donde explican desde la historia del flamenco hasta la etiqueta para ser un buen espectador del tablao (sí se puede aplaudir, que si no, eso parece un velatorio; también puedes “jalear”, pero en el momento adecuado…).

Sales de allí queriendo ser palmera. Pero a la palmera que llevas dentro, también hay que nutrirla. Perfecto, porque por el barrio tienes un montón de locales chulos: Los 33, Comparte Bistró, Zíngara...

Reenvía este plan de ole a tus amigos.