Dónde tomarse un vino en Madrid

De los creadores de Casa Neutrale, la cafetería que tiene una de las puertas más famosas de insta, llega Neutrale Wine Bar. Un bar de ambiente íntimo, con solo 5 mesas y una barra, música chill de fondo a volumen perfecto, luces muy bajas y velitas... Están especializados en vinos naturales y te recomiendan muy bien, según tus gustos. Para acompañar tienen una carta variada con platitos de todo tipo: desde gildas, hasta tartar, pasando por pasta y postres. Pero lo que tienes que pedir sí o sí O SÍ, es el cacio e pepe con yema curada… De los mejores que hemos comido en nuestra life.

Corchito tiene, además de un nombre adorable, una gran variedad de vinos deliciosos y especiales. La carta es breve, pero no hace falta más, porque todo está muy rico: dip de zanahorias quemadas con naranja, alcachofas en flor con trufa, panchito con lluvia de papitas (un perrito caliente muy tiernito), sándwich de setas, espinaca y gouda… todo perfecto para compartir. El local transmite muy buen rollo y los domingos a mediodía tienen sesiones de Dj que lo multiplican. Normal que sea uno de los bares favoritos de Anna Castillo. 

Un local estiloso, divertido y con ambientazo, en plena Plaza de San Ildefonso. Y lo que mola es que es tres en uno, porque tiene tres espacios: “la bodeguita”, una zona rollo tienda de ultramarinos con mesas compartidas para sentarte a tomar un vino y a picar algo; “la barra”, donde está la gran barra central; y una zona de restaurante ya más formal. Si vas a tomar un vino con picoteo, elige una de las dos primeras. Tienen una carta de vino extensa con muchas referencias. Para picar, pide la ensaladilla ahumada de salmón, porque es un espectáculo. También tienen una terraza en la plaza (4 en 1, ¡já!), en la que se está la mar de a gusto.

En el barrio de Legazpi está Cruda, un bar de barrio, pero coolificado y con una selección de vinos naturales y “normales”, vinísima. Tienen tintos, naranjas, blancos, espumosos… pero si te apetece un refresco, olvídate de la Coca Cola and company, que allí te sirven un buen mosto bio. De picar, te recomendamos que pidas sus platillos de verduras: berenjena a la llama con aceite de chile y boniato (deliciosa, ahumadita, cremosa), alcachofas con ajos confitados y sobrasada (mmmmm)... Si hace bueno, puedes pillar mesa en la terraza que tienen a pie de calle.

Este puesto del mercado de Vallehermoso está especializado en “vinos, fermentos y buenos alimentos”. Toda la carta contiene ingredientes fermentados que tienen un montón de beneficios para el organismo y una selección de vinos que marida perfecto con cada plato (esto le beneficia a tu paladar). En este, para ser sinceras, sí tienes que reservar.

Bocanada es un bar de vinos tamaño mini (dentro caben como unas 18 personas) con mucho encanto. Buen ambiente, tapeo rico rico y vinos que se salen.  La carta es corta, pero deliciosa, y todos los vinos son naturales y muy diferentes a los de otros sitios. Mola que una vez al mes suelen llevar a un chef invitado para que haga suyos los fogones.

Fun Fun es el lugar perfecto para disfrutar de un vino relajado (naranja, por ejemplo) y algo de picoteo al caer la noche. Se nota que detrás están los creadores de La Santoría y Cabaret Satán porque el ambiente, es enigmático, como de sitio en el que se cuentan secretos… Lo vas a pasar muy fun, fun, (fun). 
 

Un bar que lleva en Malasaña más años que el sol. Si quieres ir a tomar unos buenos vinos con unas tapas o unas buenas raciones, es de los que no fallan. Además, el personal es un amor, haciendo honor a su nombre ;).

Este restaurante de la calle Santa Teresa tiene dos caras. La cara A: Bocado cantina, donde sirven platillos llenos de sabor: queso chipriota sobre mermelada de pimientos, zanahorias sobre mascarpone y pistachos, ensalada con almendras garrapiñadas… La cara B, a partir de las 20:00, se renueva para ofrecer ricas hamburguesas. Ambas con una selección de vinos naturales fetén para acompañar.

Este es el primer “bar de sonidos” que abrió en Madrid, inspirado en aquellos locales que aparecieron en el Japón de la posguerra para escuchar discos americanos mientras te tomabas algo. Pídete un vino natural, siéntate en uno de los bancos de madera o levántate a cotillear los vinilos y disfruta del ambiente y de la buena música. 

Si lo que buscas es un sitio cálido, con decoración bonita, personal amable, comida rica y buenos vinos para reunirte con tus amigas, ese es Vinology. La carta es variada, perfecta para un picoteo, con entrantes para compartir, sándwiches y una variedad de vinos de diez.